En nuestra ciudad, se observa un crecimiento significativo de personas que enfrentan problemáticas de consumo, muchas de las cuales carecen de oportunidades laborales y recursos para su reinserción social, lo que dificulta seriamente que puedan sostener un tratamiento debido a la falta real de oportunidades. El otro agravante visible que nos preocupa y ocupa es la situación de las mujeres víctimas de violencia de género, atravesadas por el consumo, que deben luchar para salir adelante y ser el único sustento económico de su grupo familiar.